La vida secreta de las palabras
Cuando una palabra te inspira una emoción...
Lasaña. Cada vez que escuchaba la palabra lasaña mi cuerpo reaccionaba con un gustirrinín. Mi boca se curvaba formando una gran sonrisa.
Hay palabras que provocan sentimientos.
Nombres de personas, lugares, comidas...
Otoño. Ese mes que me transmite serenidad y calma.
Lluvia. Mi mente me lleva a mi cama con un té, un libro y una mantita.
Gato. Amor, ternura.
Por eso, cada palabra, cada nombre nos provoca un sentimiento.
Para gestionar las emociones, primero hay que conocerlas y reconocerlas.
Os propongo varias actividades:
Cuento "Así es la vida"
La automotivación es necesaria para guiar las emociones hacia un fin pero comprendiendo que en cualquier camino, incluso aquellos que elegimos conscientemente, hay obstáculos inevitables que debemos superar. Aprender a aceptar que no todo que nos sucede está en nuestras manos. El cuento "Así es la vida" es una propuesta perfecta para aprender a desarrollar esta habilidad.
“Conocemos nuestras emociones”
Los alumnos se sitúan por parejas. A continuación les repartiremos una ficha en la que aparecerá una imagen con 12 caras, cada una de las cuales expresa una emoción diferente. Además, en la parte inferior aparecerá un cuadro en el que aparecerán las 12 emociones. En función de los gestos que esté realizando cada una de las caras, los alumnos deberán determinar qué emoción se corresponde con cada una de las caras.
“Me visto de emoción”
Los alumnos continúan por parejas. Uno de ellos escoge una de las emociones anteriores, y debe representársela a su compañero, realizando todos los gestos y movimientos que estime pertinentes. El observador tratará de adivinar qué emoción está intentando representar. Posteriormente se cambian los roles.
¡Hasta pronto tripulantes!
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